España ha visto incrementado su consumo en calefacción en un 22,4%.
Los datos de un estudio a 300.000 hogares europeos evidencian un incremento significativo en la factura, a pesar de haber disminuido las temperaturas 0,6ºC respecto al mismo periodo del año anterior.
Un nuevo estudio, muestra un significativo aumento en el uso de la calefacción durante este invierno, concretamente con un 22,2% más en el consumo en los hogares españoles. Esta cifra coloca a España como uno de los países que más ha visto incrementado su gasto, solamente superado por Italia, que alcanza el 22,4%. A pesar del ahorro económico y medioambiental que ha supuesto conducir menos, la factura energética de los hogares sí ha sufrido un aumento debido al uso de la calefacción.
El estudio registra el consumo de 300.000 hogares europeos en un invierno en el que, pese a pasar más tiempo en casa, las temperaturas han sido 0,6 ºC más altas que las del año pasado(1). Además, Dinamarca y Suecia se colocan en el otro extremo de la tabla como los países en donde menos incremento en el uso de la calefacción se ha detectado, con 5,3 puntos y 5,7 puntos respectivamente.
En Europa, la calefacción y la refrigeración de los edificios y la industria representan la mitad del consumo energético, lo que lo convierte en el mayor sector de uso final de la energía, por delante del transporte y la electricidad. Por su parte, la calefacción y el agua caliente representan aproximadamente tres cuartas partes del consumo energético de un hogar; y dos tercios de la energía utilizada para la calefacción, la refrigeración y el agua caliente de los edificios residenciales siguen procediendo de los combustibles fósiles(2).
“En el último año hemos asistido al auge del teletrabajo y de otros tantos servicios telemáticos como la educación o el comercio electrónico, lo que tiene un impacto significativo en los costes de calefacción y agua caliente”.
Cómo ahorrar en calefacción
Existen diversas opciones para ahorrar dinero en calefacción y agua caliente. Por ejemplo, bajar un grado el termostato puede suponer un ahorro de unos 60 euros al año en una vivienda familiar media, pero el ahorro no tiene por qué producirse a costa del confort. Utilizar la calefacción y el agua caliente sólo cuando se necesitan puede ahorrar mucho más.
El cambio a un termostato inteligente puede garantizar que sólo se calienten los hogares y las habitaciones ocupadas, mientras que se consigue un ahorro adicional mediante la adaptación al clima, la detección de ventanas abiertas u otras muchas funciones. De hecho, diversos estudios demuestran que se pueden llegar a reducir las facturas hasta en un 31% sin que el propietario o inquilino renuncie a un a un ápice de confort.
Otra fórmula de ahorro de energía, son sin duda las instalaciones de autoconsumo tanto individuales como colectivas, pudiendo conseguir ahorros superiores al 55% con el autoconsumo instantáneo, o incluso del 100% si adaptamos baterías de litio, asegurándonos un servicio de energía permanente en caso de cortes de energía del sistema.
A ello debemos de añadir, que a partir del 1 de junio vamos a tener un cambio significativo en el sistema eléctrico, en el cual vamos a bajar de forma significativa el término fijo y aumentar en algunas franjas horarias el precio de energía, fomentando con ello el ahorro en energía mediante sistemas de bajo consumo y autoconsumo fotovoltaico tanto doméstico como industrial.