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España, tras Polonia; los países europeos que más Toneladas de CO2 incrementaron durante 2017.

 

 

 

El último informe de Agencia Europea del Medioambiente constata 23,5% de descenso medio en histórico de emisiones, mientras en España aumenta el 17,9%.

En el marco del protocolo de Kyoto Protocol y de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático, ha sido presentado el Informe No 6/2019 inventariando la situación y evolución de los gases de efecto invernadero (GEI)entre 1990 y 2017.

La estadística referida a la Europa de los 28 + Islandia indica que en 2017 las emisiones totales (excluyendo los usos agrícolas y la silvicultura) ascendieron a 4.333 millones de toneladas equivalentes de CO2, un 23,5% inferiores a los niveles de 1.990.

En los dos últimos ejercicios comparados, 2016 y 2017, el inventario acumulado registró un incremento de 20 millones de toneladas -un 0,5% más- entre 2016 y 2017. En el caso de España el aumento fue del 4,2% y supuso 13,8 millones de toneladas.

Según el informe la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero durante este período de 27 años ha sido debido a una variedad de factores, destacando la creciente participación en el uso de energías renovables, el uso de combustibles menos intensivos en carbono,la implementación de mejoras en la eficiencia energética, así como a los cambios estructurales de una economía castigada por la recesión.

La demanda de energía para calentar los hogares también ha sido inferior, ya que Europa en promedio experimentó inviernos más suaves desde 1990, lo que también ha ayudado a reducir las emisiones.

Las emisiones de GEI disminuyeron en la mayoría de los sectores entre 1990 y 2017, con la notable excepción del transporte, -incluido el transporte internacional-, y la refrigeración y aire acondicionado.

 

A a nivel agregado, las reducciones de emisiones fueron mayores para las industrias manufactureras y la construcción,la producción de electricidad y calor, producción de hierro y acero, así como en la combustión residencial.

Una diversa combinación de factores explica las menores emisiones en los sectores industriales, como la mejora en la eficiencia y la intensidad en el uso del carbono, así como los cambios estructurales en la economía, con una mayor proporción de servicios y menor participación de la industria más intensiva en el uso de energía en el PIB total.

La recesión económica que comenzó en la segunda mitad de 2008 y con graves efectos hasta 2009 también tuvo un impacto en las emisiones de Sectores industriales. Las emisiones procedentes de la electricidad y la producción de calor disminuyeron fuertemente desde 1990.

Por otra parte, entre 1990 y 2017, el uso de combustibles sólidos y líquidos disminuyó fuertemente en las centrales térmicas, mientras que el consumo de gas natural se duplicó, lo que redujo las emisiones de CO2 por unidad de energía fósil generada.

Las emisiones en el sector residencial también representaron una de los mayores reducciones, propiciadas por mejoras de eficiencia energética a partir de mejores estándares de aislamiento en edificios y un mix de combustible menos intensivo en carbono pueden explicar en parte la menor demanda de calefacción  en la UE.

También el fuerte incremento en el uso de biomasa con fines energéticos contribuyó a disminuir las emisiones de GEI en la UE.

En términos de los principales elementos de los gases de efecto invernadero -GEI-, el CO2 fue el protagonista de la mayor reducción de emisiones desde 1990.

En cuanto a las reducciones de emisiones de N2O y CH4 han sido sustanciales, reflejando menores niveles las actividades de minería, con reducción en las derivadas de la ganadería y la agricultura, reduciendo emisiones por la gestión en la eliminación de residuos en suelos agrícolas.

Se reconoce que algunas políticas (tanto de la UE como específicas del país) también han contribuido a la reducción general de las emisiones de GEI, incluidas las medidas clave agrícolas y ambientales, como las políticas políticas de clima y energía de las décadas de1990 y 2000.

Casi todos los Estados miembros de la UE redujeron las emisiones en comparación con 1990 y contribuyeron así a un rendimiento global positivo de la UE. El Reino Unido y Alemania representaron alrededor del 50% del total neto en la reducción dentro de la UE de los últimos 27 años

 

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